Había quedado huérfano hace 18 días, cuando su madre, luego de un complicado parto de hace dos meses, dejara de existir. Desde entonces Agustín, (tal su nombre), había quedado a cargo de su tia Vanina y su joven pareja, también radicados en el Lote 3, Colonia Domigo Matheu, jurisdicción de San Bernardo, Chaco.
El pasado domingo, Vanina había observado un deterioro en la salud del pequeño, por lo que decidió trasladarlo al hospital más cercano, donde luego de ser atendido por el médico de guardia y haberle suministrado algunos remedios, les sugirió regresar al hogar, distante a unos 20 kilómetros de esta localidad.
Pero ayer por la tarde, nuevamente Agustín empezó a evidenciar un gran malestar en su estado general, por lo que se solicitó el envío de una camioneta municipal, hecho que se hizo con premura aunque con tanta mala fortuna que el vehículo quedó atascado en medio de un camino vecinal, totalmente anegado e intransitable, debido a las copiosas lluvias de este año, que ya largamente superaron el promedio anual de precipitaciones en el sudoeste chaqueño.
Desesperación, angustia, impotencia, se observaban al caer la tarde en familiares, amigos y personal de Desarrollo Social de la comuna local, ya que habían tomado conocimiento que el pequeño aborigen igualmente era trasladado (como se podía) en una motocicleta de baja cilindrada.
Cerca de las 19 horas, finalmente Agustin llegó al hospital de San Bernardo, pero ya sin vida. Habia fallecido a mitad de camino, atrapado por las inclemencias de una pobreza extrema y en medio de una pertinaz llovizna.
Mañana, tendrá poco o nada de relevante saber el "diagnóstico" de la enfermedad de Agustín, los comentarios y especulaciones de toda especie. que van a circular por los medios y los corrillos políticos.
Lo cierto y triste que Agustín ya es otro episodio, uno más, de tantas realidades profundas e ignotas de nuestro Chaco y de nuestra Argentina profunda. Muy triste, por cierto.-
Fuente: Cruz Banegas
El pasado domingo, Vanina había observado un deterioro en la salud del pequeño, por lo que decidió trasladarlo al hospital más cercano, donde luego de ser atendido por el médico de guardia y haberle suministrado algunos remedios, les sugirió regresar al hogar, distante a unos 20 kilómetros de esta localidad.
Pero ayer por la tarde, nuevamente Agustín empezó a evidenciar un gran malestar en su estado general, por lo que se solicitó el envío de una camioneta municipal, hecho que se hizo con premura aunque con tanta mala fortuna que el vehículo quedó atascado en medio de un camino vecinal, totalmente anegado e intransitable, debido a las copiosas lluvias de este año, que ya largamente superaron el promedio anual de precipitaciones en el sudoeste chaqueño.
Desesperación, angustia, impotencia, se observaban al caer la tarde en familiares, amigos y personal de Desarrollo Social de la comuna local, ya que habían tomado conocimiento que el pequeño aborigen igualmente era trasladado (como se podía) en una motocicleta de baja cilindrada.
Cerca de las 19 horas, finalmente Agustin llegó al hospital de San Bernardo, pero ya sin vida. Habia fallecido a mitad de camino, atrapado por las inclemencias de una pobreza extrema y en medio de una pertinaz llovizna.
Mañana, tendrá poco o nada de relevante saber el "diagnóstico" de la enfermedad de Agustín, los comentarios y especulaciones de toda especie. que van a circular por los medios y los corrillos políticos.
Lo cierto y triste que Agustín ya es otro episodio, uno más, de tantas realidades profundas e ignotas de nuestro Chaco y de nuestra Argentina profunda. Muy triste, por cierto.-
Fuente: Cruz Banegas
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